lunes, 20 de junio de 2011

Tradiciones y leyendas de Neda.

 Monte de Ancos.


Leyenda de Aureana. Esta vieja leyenda cuenta  que en Casadelos, cerca de la cumbre del Monte de Ancos vivía un hombre viudo con sus tres hijas. Una bruja pretendía casarse con él, pero es rechazada. Como venganza, trasforma a las tres jóvenes en quesos. El padre, sin saberlo, corta uno de los quesos. Para escapar del hechizo, las chicas se convierten en caballos, pero uno de ellos no puede huir, pues es cojo de una pata. Es Aureana, que debe quedar allí, ahora transformada en fuente.

- La gallina de los pollitos de oro. Cuenta la leyenda que en la noche de San Juan se ve, junto a la fuente, una gallina con los pollitos de oro.
-El monte hueco: Dice otra que el monte de Ancos es hueco y está lleno de agua. El día que haya un terremoto o se agujeree de más el monte, saldrá toda el agua e inundará Neda.

-Leyenda de la serpiente : Es similar a la que contamos más abajo, pero no es tan trágica. Aparece en la fuente, tiene unos hermosos ojos que engañan a quien la mira y, a veces, cuenta cuentos melodiosos.

Los lunes se San Nicolás.

Desde tiempos inmemoriales, todos los lunes se hace peregrinación a la iglesia de San Nicolás de Neda, concurriendo desde toda la comarca gentes a pie para rezar al santo, incluso por la noche , hasta tarde, permaneciendo abierto el templo todo el día.

Las ofrendas de Pan a San Nicolás.

Se solían echar bolllitos de pan al mar, como ofrenda a San Nicolás, patrón de los marineros, para abogar en favor de los mismos contra las tormentas y los naufragios.

La serpiente del Belelle.

Una leyenda repetida en Neda, Fene, Cabanas y otros lugares es la de una gran serpiente con pequeñas alas, que no le permiten volar, pero que pretende bajar hacia el mar, nadando por el río. Los vecinos, atemorizados, colocan en el lecho unos palos aguzados en los que se clava la serpiente y muere en medio de grandes dolores.

El Cristo de la cadena.

En la iglesia de Santa María de Neda existe una gran talla gótica, inglesa, de estilo Tudor, con una cadena en el pecho, traída por un católico inglés, el capitán John Dutton, debido a las persecuciones anglicanas. La leyenda dice que vino flotando por el mar y que, colocada en la iglesia, la imagen intentó escapar hacia el mar. Recogida una y otra vez, los feligreses, al final, la encadenaron al altar mayor.

Las piedras de la Capilla de San Isidro
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Cuenta la leyenda que existía en el lugar de Os Pazos de San Cidre o San Isidro un pazo y una capilla dedicada al santo, que de tan vieja y sin uso cayó o  se derribó. Los vecinos aprovecharon las piedras para hacer bodegas, balados, etc. Pero todas estas construcciones se vienen abajo cada vez que son hechos, porque las piedras lo que quieren es que se reconstruya la capilla. Las imágenes de la antigua capilla están hoy en la iglesia de Santa María, y salen en procesión en la fiesta de los Pazos.

Fernán Pérez y las panaderas de Neda.

Cuenta la tradición medieval que cuando Fernán Pérez de Andrade, señor de la comarca, tenía que pasar por aquí para dirigirse a Ferrol o a otros lugares, ya que Neda era el único, y por tanto, paso obligado, mandada delante de él a  un mensajero que llegaba gritando: “Coced, panaderas, que ahí viene Fernán Pérez”. Y es sabido cómo le gustaba nuestro pan a este señor, y a todos, claro.

El demonio y  las lavanderas.

Se cuenta que en un lavadero de la Mourela, por la noche o al amanecer se  escucha un canto melodioso. Los que van a mirar, engañados por el canto, encuentran al diablo, que los lleva con ellos.

El túnel del Monasterio de Jubia.

La leyenda dice que entre el Convento de Jubia y Neda existía un túnel bajo la ría, que usaban los monjes para pasar el mar sin mojarse, e incluso para hacer diversas jugadas sin que los vecinos los vieran. En un tiempo había monjes y monjas, hasta que varias denuncias de irregularidades en las costumbres hicieron que las monjas fuesen  llevadas al convento de Santa Clara, en Santiago de Compostela.

Las arenas del río Jubia.

Se dice que desde muy temprano , por la mañana se recogen en un lugar determinado arenas, que se convierten en una “flor de agua”, de propiedades mágicas y curativas.

La banda de los Sopiñas
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Existió antiguamente una famosa banda de ladrones y salteadores de caminos y casas, conocida cómo “La banda de los Sopiñas”, que eran gentes de la comarca, capitaneadas por uno rico comerciante de Ferrol. Robaban por toda Galicia. Se reunían bajo un gran árbol en la ribera de Neda, fuera de puertas, o en el convento de Jubia, pues hay evidencias históricas de que muchos monjes, en los últimos tiempos, en realidad no eran más que bandidos.

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