
Durante aquellos años Neda fue conocida por su puerto comercial y su astillero, en el que fue construido el barco que participó en la reconquista de Algeciras, en el 1344, lo que hizo que el rey Alfonso XI concediera a Neda los foros, que favorecieron su economía.
Si nos referimos al patrimonio natural, tenemos que citar al río Belelle, uno de sus ejes de desarrollo en el pasado. En sus orillas tuvo lugar la evolución de la sociedad de la villa, y sus primeras industrias se forjaron gracias sus aguas. Aun hoy perviven los molinos que abastecieron las industrias panaderas, tanto los de los pequeños negocios familiares como las denominadas "Casas Reales" o "Fábricas de Bizcocho", propiedad de la Casa de los Austrias, que suministran el pan y las galletas consumidos por los marineros en las travesías.
En la zona de la Cascada aún se puede disfrutar de la vegetación típica de los bosques oceánicos, por lo que podemos afirmar que algo nos queda de aquellos bosques de Neda, famosos y apreciados en los siglos pasados,

La riqueza natural de esta zona hace que no sea raro encontrar animales poco visibles en otros lugares: milanos, gavilanes, garzas y patos, que anidan y crecen en la desembocadura, donde hay unas interesantes marismas, y no hace mucho incluso , podíamos ver alondras.
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